domingo, 14 de septiembre de 2008

A golpe de piñón



Sábado, 13 de Septiembre. Un día como cualquier otro para cualquier persona. Pero hoy en Asturias se respira otro ambiente. Algo especial que llega con gran ansiedad. La Vuelta regresa al Principado, pero no sólo la tercera carrera ciclista más importante a nivel internacional salpica las tierras de Don Felipe y Doña Letizia. Algo más importante se esconde tras ello: el Alto del Angliru. Esa cima emblemática y mediática que regenera al ciclismo español. Son de esos días en que sólo se habla de ilusión, fuerza, entrega, fatiga, leyendas... Por un día olvidamos términos como "dopaje", "EPO", "positivo"... Hoy es un día para disfrutar del ciclismo.


La etapa reina de esta Vuelta partía desde tierras cántabras para llegar al Angliru. Hoy es el día de los Contador, Sastre, Valverde... Todo comienza según lo esperado. El Astana de Contador toma el mando de la carrera y planta en la hoja de ruta un ritmo asfixiante que no deja el más mínimo respiro para los ciclistas. -Comienzan a esclarecerse las intenciones de cada uno-. Llegamos al pie del gran puerto, coloso de los colosos entre los grandes como el Mortirolo y el Zoncolan. Una veintena de corredores intenta seguir el fuerte ritmo que impone el Astana. Pasan los primeros kilómetros de la ascensión y entramos en la recta de los últimos seis kilómetros. Un auténtico infierno hasta el final. Sólo unos pocos aguantan cuando da comienzo la primera gran rampa, Les Cabanes. Leipheimer es ahora quien marca el ritmo. A su rueda Contador, Valverde, Joaquín Rodríguez y Daniel Moreno. Dos de Astana para tres de Caisse d´Epargne. Sastre comenzaba a descolgarse. La fatiga empezaba a dejarse notar en los rostros de los corredores. Más aún en sus piernas. Sólo era el principio del fin. Valverde ataca. A su rueda Contador y Joaquín Rodríguez. El murciano ha conseguido descolgar al último gregario de Contador. Saben que el de Pinto es el más fuerte, que en cualquier momento les va a llegar el hachazo. Sólo era cuestión de tiempo. Alberto cambia de ritmo pero no consigue dejar atrás a sus dos acompañantes. Las piernas iban a estallar al paso de Lagos y Les Picones. Contador pensaba en la victoria y el liderato de la carrera, además de citarse con la historia en el Angliru. Valverde sabía que tenía que seguirle como fuera. Sabía que hoy era su día y había que sufrir al máximo para poder aspirar a la victoria de etapa. Dos puntos de vista muy diferentes. Mentalidades ganadoras. Tras varios intentos, el madrileño consigue dejar atrás a sus perseguidores y ya rueda en solitario camino de la victoria y el liderato. Todos sus rivales han ido sucumbiendo a medida que la cima se aproximaba. Ni el sentido visual de los demás corredores podía cazar el maillot blanco de Contador. La multitud aclama al ciclista por el paso Cobayos. Sabe que es su oportunidad de sentenciar La Vuelta y encumbrar aún más su nombre. A lo lejos comienza a rugir la temible Cueña les Cabres. Paredes que llegan al 23,5% de desnivel alejan la gloria por unos momentos. Para Alberto ya nada es imposible. Las distancias van en aumento con los demás y sabe que sólo corre contra su propia sombra. Afrontaba el escollo más duro de la ascensión con un nítido disfraz de alpinista a golpe de piñón. Ya nada podía pararle. Ni tan siquiera las grandes masas que impedían ver el trazado de la carretera. Todo espectáculo. La niebla tomaba su papel en este encierro y se preveía la estocada final. Puño en pecho y disparo al horizonte. Alberto Contador cruza la meta y deja prácticamente sentenciada esta Vuelta a España 2008. El cilismo sigue vivo, luego el espectáculo sigue existiendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que se mueva esto!!! quiero leer tu opinión sobre el nuevo euroracing!